Foto: Freepik
Cuando trabajaba en una oficina tenía una niñera que
cuidaba a mis dos hijos prácticamente todo el día. Yo llegaba en la noche. Si
no era demasiado tarde alcanzaba a bañarlos y a acostarlos. La mayoría de veces
simplemente los acostaba. ME PERDÍ LOS PRIMEROS PASOS Y LAS PRIMERAS
PALABRAS DE MI HIJA MAYOR, señala con tristeza Silvana Ramos en Catholic-Link.
LAS COSAS CAMBIARON CUANDO DECIDIMOS QUE ME QUEDARÍA EN
CASA CUIDANDO A LOS CHICOS. ¡ESTABA TAN ILUSIONADA CON LA IDEA! ¡POR FIN
TODO EL DÍA CON MIS BEBÉS! TODO IBA A SER MARAVILLOSO.
Por supuesto me leí algún libro con consejos para
organizar la casa con niños pequeños, y compré algunos utensilios para tener
todo “en orden”. Soy una persona organizada y me encantan los planes y los
horarios (o al menos así era). Luego de terminar los trámites de la renuncia,
llegó el tan ansiado día. Ya el levantarme y no tener quién viera a mis niños
para darme un baño cambió cualquier idea que tenía sobre lo maravilloso que iba
a ser quedarme en casa. Como podrán imaginarse ese fue un día bastante largo.
Llegué a las 7 de la noche a duras penas y por supuesto sin bañarme. Los días
continuaron y la cosa no se hizo más fácil, ni mis horarios ni mis planes
funcionaban, y como si fuera poco, las discusiones con mi esposo aumentaban.
Empecé a notar la pasta de dientes salpicada en el espejo, la tapa del baño sin
bajar, el plato de comida en la mesa de noche. Me convertí en “la bruja” y lo
peor de todo era que sabía que me estaba convirtiendo en esa mujer que siempre
dije que no iba a ser. Por mi cabeza solo pasaban preguntas sin respuesta:
¿Cómo lo hacen? ¿Cómo una madre sobrevive los primeros años de sus hijos en casa y sin ayuda? ¿Cómo es posible cuidar niños y a la vez cuidar tu matrimonio?
En
fin.
No voy a dar una fórmula exacta de lo que se tiene que
hacer, ni mucho menos. Bien sabemos lo difícil que es la vida familiar. Simplemente
quiero compartir lo que he aprendido en medio de algunas situaciones que antes
me parecían caóticas y que hoy atesoro. Espero les sirva.
1. LOS JUGUETES EN EL PISO, EN EL BAÑO Y HASTA DEBAJO DE
LA ALMOHADA SIGNIFICAN VIDA.
Cuando eres mamá, el perfeccionismo y la preocupación
desmedida por el orden no te llevan a ninguna parte. Es más, te hace perder
tiempo y te hacen perder amor. Los juguetes en el piso (en el sillón y hasta
debajo de tu almohada) me hablan de vida, son el rastro de mis pequeños niños,
de sus risas, de sus llantos, de lo que han descubierto, y de lo que han
aprendido. Es cierto que la estructura y las rutinas son importantes para los
niños, les dan seguridad, pero, si no cumples los horarios al pie de la letra,
un día o dos, no pasa nada. Si un par de juguetes quedan en el suelo no pasa
nada. Entendí que es mejor estar con ellos enseñándoles y dándoles ternura, que
enfocada en los horarios y en que mi casa parezca sacada de una revista. Ellos
son un regalo, ¡hay que disfrutar y celebrar el regalo! Vengo intentando
aprender a mirarlos con los ojos de Dios. Me imagino cómo Dios cuida de mí, con
qué ternura y paciencia me forma, y perdona una y otra vez mis errores.
2. LAS PATALETAS SE HAN CONVERTIDO EN LA ALARMA QUE ME
RECUERDA QUE SOY YO LA RESPONSABLE DE SUS VIDAS.
El llanto de una pataleta puede ser realmente
desesperante. Muchas veces lo he pensado (y algunas veces lo he hecho) en
tirarme al piso y llorar a gritos junto a mis hijos. Las ideas se me acaban,
los argumentos no existen, no hay consuelo en esta tierra que pueda calmarlos…
provoca hacer todo lo que ellos quieran para que no lloren de esa manera. He
aprendido que la decisión que tome en ese momento no debe reflejar mi deseo de
paz y silencio sino de lo que es mejor para ellos. Soy yo la que los está
formando, soy su madre y por más desesperada y agotada que esté mi labor no ha
acabado y tampoco puede ponerse en pausa, continúa todo el día. Así que de
tripas corazón y a acompañar esa pataleta con paciencia y amor. He visto que
poco a poco van menguando.
3. SU MAL HUMOR, LA MAYORÍA DE LAS VECES, ES REFLEJO DEL
MÍO.
Llena de enfado alguna vez le he increpado a alguno de
mis hijos: “¿Y ahora qué te molesta?”. Y de pronto veo la expresión de mi
rostro reflejada con exactitud en el rostro de mi hija. Los sentimientos de mis
hijos muchas veces hablan de los míos. Si están todo el día conmigo, aprenden
de mí. El cómo me respondan o cómo reaccionan a muchas situaciones es reflejo
lo que han aprendido. Mirarlos en esta edad es como mirarse a uno mismo. A
través de ellos puedo conocerme, o por lo menos preguntarme qué es lo que me
pasa.
4. TODO LO HACEN LENTO… Y LA PACIENCIA HA SIDO LA VIRTUD
QUE HA SALIDO A MI RESCATE.
Nunca he sido muy paciente, hoy reconozco que la
paciencia es una virtud que en los padres debe estar a la mano todo el tiempo.
En el mundo de hoy todo es rápido, todo sucede en minutos y muchas veces he
querido llevar mi hogar a la velocidad que llevaba mi oficina. Mis pequeños
están recién aprendiendo, cómo podría apurar la velocidad a la que lo hacen.
Por fin entiendo que necesitan tiempo para abotonar un botón, para subir la
escalera, para agarrar su botella de agua, lo que yo puedo hacer en un segundo
es para ellos todo un logro. Reconocerlo y empezar a ejercitar la paciencia ha
sido mi salvación. Mientras observo cómo lo hacen, he aprendido a ocuparme de
algo más o de sentarme simplemente a ver, es casi un descanso. La paciencia me
va dando esa tranquilidad de observar y esperar que las cosas sucedan con
calma.
5. LA PASTA DE DIENTES EN EL ESPEJO Y LA TAPA DEL BAÑO
ARRIBA, ME RECUERDAN QUE VIVO ENAMORADA DE ALGUIEN. EL DESORDEN SE SOLUCIONA,
LA SOLEDAD NO.
En tono de broma me han preguntado: “¿Contra quién estás
casada?”. Parece que lo usual es ver al esposo como el contrincante. La verdad
es que mi esposo es el príncipe encantado que llega a salvar a la damisela.
Cuántas veces he estado al borde del ataque de nervios y he sentido la llave en
la puerta: “¡Ya llegueee!”. Los niños inmediatamente corren a abrazarlo y yo me
puedo desplomar en el sitio por lo menos unos minutos. Un abrazo y un “ya estoy
aquí” hace toda la diferencia. ¡Por fin puedo hablar con otro adulto! Y hasta
una pila de platos sin lavar puede desatar la noche más romántica que haya
tenido en meses. La pasta de dientes salpicada en el espejo se soluciona, la
soledad no. Conversar, entender que somos un equipo, que amamos, que los hijos
son nuestros y ayudarnos. Es en este punto en que la gracia de Dios recibida en
el matrimonio se manifiesta: ¡cuántas discusiones!, ¡cuántos reclamos hemos
podido sobrellevar, entender y solucionar! Creo que por nuestros propios medios
nunca hubiéramos podido. Entender que somos un matrimonio unido para toda la
vida porque nos amamos, hace toda la diferencia.
6. LA CARA LAVADA Y EL PELO ATADO ES MI NUEVO ESTILO
Mis tacos y vestidos de fiesta no son muy útiles a la
hora de tirarse al piso a jugar. Casi siempre estoy con la cara lavada y con el
pelo atado en una cola. Cuántas mañanas me he visto al espejo y casi no
reconozco a la que está ahí. De pronto una vocecita me dice: “¡Mami eres la más
linda del mundo!”. Mi cara se ilumina y descubro que la alegría es el mejor
salón de belleza que puedes encontrar. No sé qué tan de acuerdo mi esposo esté,
pero aún no he recibido quejas… ¡es momento de criar!
7. LA SOLEDAD DE LA MATERNIDAD ES UN LUGAR BELLO Y SEGURO
PARA ESTAR
Con muy buena intención me han aconsejado tomar un tiempo
para mí, para salir con amigas y distraerme, ¡suena maravilloso! Con tres niños
pequeños es casi imposible. Muchas personas pueden decir que la maternidad trae
soledad, y es cierto. Pero esa soledad no es tan mala. He empezado a tener
tiempo para pensar en quién soy y qué quiero, descubrir talentos ocultos. Me he
dado cuenta de que soy capaz de hacer más cosas de las que jamás imaginé que podía
hacer. Ni en el más loco de mis sueños me imaginé siendo madre, y mucho menos
imaginé todo lo que esto significaba.
¡Estoy segura de que si hubiera puesto el mismo empeño y esfuerzo que pongo en la maternidad en mi carrera, en este minuto sería el CEO de una compañía!
8. LAS MIRADAS DE MIS HIJOS LUEGO DE UNA TRAVESURA ME VAN
CONTANDO QUIÉNES SON.
Desde mi primer embarazo me preguntaba cómo serían mis
hijos. Sus travesuras me han sacado casi todas las canas que tengo y han
colmado la poca paciencia que tenía, sin embargo, cuando todo pasa y en la
noche repaso el día, esas travesuras, esas miradas de complicidad entre ellos
me va contando quiénes son, qué les gusta, cuáles son sus inclinaciones, cuáles
sus debilidades. Son pequeños, es verdad, pero hay tantas cosas que ya se ven
con claridad, es un mundo que poco a poco voy descubriendo a la vez que los voy
formando.
9. LEER, LEER Y LEER TIENE SENTIDO. FORMARSE PARA SER
MAMÁ NO ES UNA LOCURA.
El poco tiempo libre que tengo lo ocupo leyendo y no es solo
porque me gusta leer, sino porque me apasiona esta tarea de ser mamá, de ser
esposa, de formar una familia. Mi abuela me decía que estas cosas se aprendían
sobre la marcha y puede que haya tenido razón, en algún sentido es así, pero en
mi experiencia el saber las características de las edades y del desarrollo en
los niños y de la misma convivencia matrimonial me traen calma, es como si
tuviera mayor libertad para poder decidir y discernir mi actuar en el día a
día.
10. DIOS ESTÁ MÁS CERCA DE LO QUE CREES, HABLA CON ÉL
Dios es amor y la familia es el lugar donde el amor debe
reinar. ¿Cómo puede reinar el amor si el hombre se empeña en vivir ajeno a
Dios? La gracia que recibimos en el sacramento del matrimonio es esa ayuda
vital para enfrentar la vida familiar con fortaleza, paciencia y alegría.
Cultivar la oración significa aprender a hablar un mismo idioma. Mis hijos
saben cuándo estoy agotada y alguna vez los he escuchado decir: “Dile a la
Virgencita que te ayude mami”. Ellos lo creen y verdaderamente es así, María
sale a mi encuentro y me enseña y me forma todos los días, a través del amor a
mis hijos y la entrega a mi familia empiezo a conocer el corazón de Su Hijo.
"PREPARA A TU HIJO PARA LA VIDA, NO LA VIDA PARA TU HIJO”. Tim Elmore, ESCRITOR Y FORMADOR.
https://www.youtube.com/watch?v=mal9JEZ_eQA
VERSIÓN COMPLETA. “AYUDAMOS Y RECOMPENSAMOS CON DEMASIADA FACILIDAD A NUESTROS HIJOS”. Tim Elmore
https://www.youtube.com/watch?v=GbqK2Rqh1Q4
Fuente:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario